lunes, 29 de marzo de 2010

¿Cuál es el comportamiento de los niños que padecen esta discapacidad ?

El niño necesita estimulación constante para su correcto desarrollo Existe una clara interdependencia entre los procesos sensoriales, motores, cognitivos y afectivos.

2 MESES Tiene miedo al caer

3 MESES Llora desesperadamente y no se calma

5 MESES Se chupa mucho el dedo

7 MESES Se toca los ojos y el pelo sin motivo aparente

9 MESES Si se le quita el chupete o algo de las manos se toca los ojos

10 MESES Explora menos y se enfada más, se encierra en sí mismo


• Los niños videntes e invidentes desarrollan patrones similares de maduración neuromuscular. De hecho en determinadas habilidades los niños invidentes alcanzan niveles comparables a los niños videntes.

• Las principales diferencias van a parecer en torno a los 5 meses con la habilidad de agarrar los objetos que le llaman la atención visualmente (los niños invidentes comienzan a explorar los objetos hacia los 9 meses guiados por los estímulos auditivos, fundamentalmente)

• El niño ciego tiene la capacidad para vocalizar, balbucear, etc. a la misma edad que los niños normo videntes.

• Los niños invidentes utilizan mayor proporción de nombres específicos y palabras de acción, menos número de conceptos genéricos. El número de términos es muy similar al de los niños normovidentes

5 comentarios:

  1. Hola!
    Habia leido que si un bebe tiene una discapicidad es mejor que nazca ciego a que nazca sordo para su desarrollo psicomotriz.
    ¿que opinias acerca de esto?

    Saludos
    Leyre. Grupo 16

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  2. ¿Cómo un niño que ha nacido invidente puede saber que tiene una discapacidad, no debería pensar que es lo normal?
    Saludos

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  3. Dando un enfoque que considero esencial:

    El desarrollo psicológico del niño ciego:

    1. Desarrollo psicomotor:
    Su psicomotricidad evoluciona conforme a su maduración neurológica, pero la ausencia de visión le confiere ciertas peculiaridades que ponen de manifiesto su propia especificidad.
    No se percibe ausencia de motivación por el movimiento, sino más bien a grandes inhibiciones de las tendencias normales por moverse. Estas inhibiciones tendrían una función protectora, pues en condiciones favorables, es decir, cuando el niño tiene la certeza de que el entorno es seguro, emprenderá una actividad motriz normal.

    2. Desarrollo cognitivo:

    Asumiremos la delimitación conceptual de desarrollo cognitivo como un proceso
    dinámico de:
    − Asimilación de conceptos, emanados de las relaciones físicas de los objetos o
    las personas entre sí y el sujeto.
    − Acomodación personal a tales características.
    − Dominio de dichos conceptos, manifestándolo a través de la conducta.

    Por otra parte, el desarrollo psicomotor temprano y la integración motora conducen
    al desarrollo cognitivo y a la expansión de las capacidades mentales en el niño. La
    exploración sensorial de los objetos deriva en la percepción de los mismos y más tarde
    en la percepción de los conceptos, en los que se basa el mundo abstracto.
    Los conceptos se desarrollan a partir del proceso perceptivo y se enriquecen a
    medida que el niño evoluciona en su lenguaje. Por tanto, la amplitud de experiencias
    perceptivas determinan, en gran medida, la amplitud del desarrollo intelectual.
    El niño ciego se ve privado de una fuente valiosa para la recogida de información
    sensorial; la evolución de su desarrollo cognitivo va a ser más lenta y desigual que la delos niños videntes.

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  4. ...Continúo...

    3.Desarrollo afectivo:

    La mirada representa el primer lenguaje social. A través de la mirada, el bebé vidente inicia, mantiene, evita o concluye interacciones con los demás adultos y sobre todo, con la madre. Con la mirada puede percibir incluso la distancia física más adecuada para el sostenimiento y control de esa interacción. Por otra parte, la mirada fomenta los vínculos al funcionar como un retroalimentador de los mismos.
    A la sexta semana de vida el niño, al fijar la mirada en su madre, hace que ésta crea sentirse
    reconocida, con lo que le atribuye un significado y refuerza la interacción.
    Cuando un bebé nace careciendo de vista, no dispone de ese poderoso instrumento que posibilita, mediatiza y potencia la relación con el otro. A la madre del bebé ciego, le
    resulta difícil interactuar con él, no sólo por el trauma afectivo que su nacimiento haya podido provocar en el núcleo familiar sino también por las pobres expectativas que suele tener ante el desarrollo de su hijo. Además, su desorientación se agrava ante la ausencia de la mirada del bebé y de las expresiones faciales habituales en los lactantes, pues ambos componentes expresivos son conductas prefiguradas esenciales a la hora de elicitar el comportamiento maternal humano.
    Puede darse en ella la sensación de no sentirse reconocida por el bebé pues aunque, como se verá más adelante, el bebé ciego tiene sus propios recursos para conocer a su madre, ésta desconoce «el código comunicativo» y se siente poco enlazada con su hijo.

    El niño ciego es, a su vez, menos capaz de incitar una respuesta materna pues al no
    proporcionar de forma clara pautas de inicio, suelen verse frustradas las experiencias de
    diálogo entre ambos. Como no puede controlar lo que ocurre a su alrededor ni imitar la conducta de los demás, le resulta sumamente difícil la anticipación de las situaciones interactivas.

    Poco a poco se va aislando, abandonado a sus propias sensaciones y realizando conductas repetitivas de forma inevitable y por largos períodos de tiempo(estereotipias).
    Estas circunstancias pueden desequilibrar la interacción vinculativa madre-hijo, dando lugar a efectos tan negativos como reducción del contacto corporal y afectivo, ausencia de sonrisas dirigidas al niño, diálogos pobres y desprovistos de ilusión y, en conjunto, un menor deseo de proximidad física y de alegres encuentros entre la díada.
    La intercomunicación, que debe ser dirigida por la madre, queda desinvestida de emoción positiva; las conductas del niño ciego, menos expresivas y atípicas, no son atribuidas de significación por parte de su progenitora que, también en su triste soledad, se limita a satisfacer principalmente las necesidades físicas del niño (alimentación, aseo, etc.)
    En consecuencia, el niño ciego puede llegar a tener una importante deprivación afectiva con los subsiguientes problemas para elaborar un buen vínculo. El estancamiento, en alguna de las fases del proceso de vinculación, si no es abordado precozmente (antes de los 8 meses), produce una cicatriz emocional y cognitiva
    irreparable que llega a degenerar en alteraciones graves del desarrollo y en cuadros
    psicóticos.

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  5. ...fin...

    4. Desarrollo del lenguaje:

    Cuando un bebé no dispone del sistema visual, tan importante para el establecimiento de la comunicación, pueden verse alteradas las formas de comunicación, tanto las no intencionales como las de carácter intencional.
    A pesar de que el bebé ciego posee un buen número de conductas alternativas que pueden vehiculizar su comunicación, es posible que el adulto no sea capaz de interpretarlas o adaptarse a ellas, y por tanto, no pueda guiar la comunicación.
    La ceguera condiciona el «diálogo» preverbal en el proceso de comunicación sobre el mundo externo. Recordemos que las pautas preverbales de carácter protodeclarativo y protoimperativo son incubadas en los gestos deícticos que poseen en su origen una gran saturación de componentes visuales. Desde luego, al adulto le resulta difícil interpretar los gestos sustitutivos para dirigir su atención hacia los objetos y compartir con el niño ciego su interés por los mismos.

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